Dar Un Paso Hacia Atrás para Tomar Fuerzas

No sé si te ha pasado lo mismo que a mí. Comencé el 2024 con una energía y una motivación inmensas por los numerosos proyectos que tenía planeados para este año. Sin embargo, poco a poco vi cómo cada uno de ellos fracasaba y se desmoronaba, hasta que me quedé prácticamente en bancarrota con mi colección de sueños. Llegué a un punto tan oscuro que me resultaba muy difícil siquiera imaginar una salida. Pero ahora, al comenzar a salir del túnel, solo puedo pensar que todo es temporal y que siempre se puede avanzar.

Siempre he sido una firme defensora de avanzar sin mirar atrás. Sin embargo, a raíz de esta experiencia, he cuestionado profundamente esta filosofía.

Hay momentos en los que la vida y la adversidad nos agotan. Nos sentimos varados, sin gasolina y sin motivación. En mi caso, experimenté una sensación de pérdida total, tanto de mis sueños como de mi identidad. A pesar de mi deseo de seguir adelante, me encontraba retrocediendo más de lo que avanzaban mis esfuerzos.

Ver todo este fracaso y sentirnos incapaces de salir de un estancamiento como este hace que sea muy difícil creer que hay una salida. A veces, incluso llegamos a dudar de quienes somos y de nuestro potencial como seres humanos. En su momento, yo también llegué a dudar y eso casi me hizo rendirme con todo, con mis sueños y con mi vida.

Regresar no fue una decisión deliberada. Fue más bien la resignación de ver que ninguna de las apuestas que hice funcionó; y lo único que me quedaba era volver al origen, a un lugar donde me sentía más cómoda y acogida.

Regresar no es malo ni es un signo de debilidad. Creo que todos necesitamos volver a nuestros inicios en algún momento; a veces de forma voluntaria y la mayoría de las veces de manera involuntaria. Cuando estamos tan inmersos en nuestro camino, es difícil aceptar que nos estamos quemando y que necesitamos un descanso.

La narrativa del camino “no lineal” es poco popular, pero creo que es la historia más común y realista. Regresar a lo básico es un paso que nadie puede saltar. Podemos verlo en la historia de numerosos músicos que se alejan de la vida pública para reencontrarse artísticamente, o en deportistas que deben tomarse un descanso porque su cuerpo lo exige.

Es frustrante estancarse y ver que no estamos avanzando tanto como quisiéramos. Pero a veces, lo que necesitamos para reencontrarnos es volver a nuestras raíces y enfocarnos en nuestros cimientos. Quizás es en nuestros orígenes donde encontraremos las respuestas necesarias para elevarnos más alto.

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